El jueves a la mañana,
nos dirigimos hacia el parque de atracciones, Port Aventura, temprano para estar
justo a la hora que abrían. A pesar de la gran multitud de personas que había
pudimos disfrutar de las atracciones como el Shambhala, Dragon Khan, Furious Baco...
Al principio daba un poco de miedo, pero después sólo queríamos repetir. Comimos
un menú variado en diferentes restaurantes; una vez con la tripa llena, pudimos
ver por el parque algunas actuaciones y desfiles o ir de compras por el parque.
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